Si la naturaleza se opone...

En Caracas por esta época se da un fenómeno meteorológico al que llaman "cordonazo de San Francisco" que básicamente es que cae día sí, día no, un tremendo palo de agua, pero de tal magnitud, que nadie que no hay presenciado una lluvia tropical puede imaginarse (bueno, si visteis Forrest Gump a lo mejor os hacéis una idea).

Y yo, tengo siempre la mala suerte de que cuando comienza a llover estoy en la calle y me empapo. Hoy no pude ni llegar a clase porque me tuve que guarecer durante más de una hora bajo un techito mirando como el agua iba subiendo de nivel hasta que los coches casi no podían ni avanzar.

Y este chaparrón que a mi me ha aguado el día tiene un efecto mucho más debastador y es que destroza los ranchos de muchas personas pobres que viven en las quebradas que bajan de la montaña y se quedan sin casa en menos de media hora.

El cordonazo coñazo es solo un ejemplo del poder que tiene la naturaleza en Venezuela. Aquí los árboles rompen las aceras con sus tremendas raíces, los mosquitos son enormes, las hormigas y los bachacos (que son super hormigas) acampan a sus anchas en las casas (por mi cuarto siempre aparece alguna, no tengo ni idea de a dónde van) y hay cucarachas que son del tamaño de mi puño y las intentas aplastar con la zapatilla y no se mueren nunca (casi te quitan ellas la zapatilla y te pegan a ti).

Simón Bolivar, el gran héroe venezolano que propició la independencia de media Latinoamérica (o sea, el que jodió nuestra colonia ajajaj) dijo tras el terremoto de 1812 "si la naturaleza se opone lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca".

Hoy, en 2006 nadie ha podido con ella, ni siquiera el mismísimo Chávez que osó a decir la misma frase y al día siguiente sucedió la gran tragedia de Vargas, en la que parte de la montaña se derrumbó por las lluvias muriendo miles de personas.